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Los niños con trastornos del espectro autista (TEA) procesan el sonido y el idioma una fracción de segundo más lento que los niños sin trastornos del espectro autista, y la medición de señales magnéticas que este retraso marca puede convertirse en un modo estandarizado para diagnosticar el autismo.
Los investigadores en el Children’s Hospital de Filadelfia informo de sus hallazgos en un artículo en la revista Autism Research, publicado el 8 de enero.
Se necesita hacer más trabajo antes de que pueda convertirse en una herramienta estándar, pero este patrón de respuesta cerebral con retraso podrá ser refinado en la primera imagen de marcador biológico para el autismo”, dijo el líder del estudio, Timothy PL Roberts, Ph.D., vicepresidente de Investigación en Radiología en el Hospital de Niños.
TEA es un grupo de trastornos del desarrollo neurológico infantil que causa alteraciones en la comunicación verbal, la interacción social y el comportamiento. TEA en la actualidad se calcula que afecta hasta un uno por ciento de los niños de EE.UU., según un informe reciente de los CDC.
Como muchos otros trastornos del desarrollo neurológico, en ausencia del objetivo de mediciones biológicas, psicólogos y otros proveedores de cuidados se basan en juicios clínicos, tales como observaciones de la conducta para el diagnóstico de TEA, a menudo no se sabe hasta que el niño alcanza la edad escolar. Si los investigadores pueden desarrollar los resultados de imágenes en las pruebas estandarizadas de diagnóstico, podria ser capaz de diagnosticar trastornos del espectro autista ya en la infancia, lo que permite una intervención más temprana posible, con los tratamientos. También pueden ser capaces de diferenciar los tipos de trastornos del espectro autista (autismo clásico, síndrome de Asperger u otros tipos) en pacientes individuales.
En el estudio actual, Roberts y sus colegas utilizan magnetoencefalografía (MEG), que detecta los campos magnéticos en el cerebro, similar a la manera de la electroencefalografía (EEG) que detecta los campos eléctricos. Con el uso de un casco en la cabeza que rodea al niño, el equipo presenta una serie de sonidos grabados, las vocales y las oraciones. Como el cerebro del niño responde a cada sonido, los detectores no es invasiva, en la máquina MEG analiza los cambios del campo magnético del cerebro.
Los investigadores compararon a 25 niños con TEA, con una media de edad de 10 años, a 17 de edad comparable a niños con desarrollo típico. Los niños con TEA tuvieron un retraso medio de 11 milisegundos (aproximadamente 1 / 100 de segundo) en sus respuestas del cerebro a los sonidos, en comparación con los niños de control. Entre el grupo con TEA, los retrasos eran similares, si los niños tenían alteraciones del lenguaje.
“Este retraso en la respuesta indica que el sistema auditivo puede ser más lento para desarrollarse y madurar en los niños con trastornos del espectro autista”, dijo Roberts. Un niño de 11 milisegundos de retardo es breve, pero significa, por ejemplo, que un niño con ASD, al oír la palabra elefante ‘,’ todavía está procesando “El” sonido, mientras que otros niños han cambiado. Los retrasos pueden ser en cascada como una conversación avanza, y el niño puede quedarse atrás de compañeros de desarrollo típico.
Un estudio de 2009 por Roberts y sus colegas arroja luz sobre cómo los cambios en la anatomía del cerebro podría explicar los retrasos en el procesamiento de sonido. El equipo de estudio utilizó MEG para analizar el desarrollo de la materia blanca en los cerebros de 26 niños de desarrollo típico y los adolescentes. Debido a que la materia blanca lleva las señales eléctricas en el cerebro, mejora la velocidad de señalización cuando las neuronas están mejor protegidas por una funda de aislamiento de un material de la membrana llamada mielina.
En este estudio previo, los investigadores demostraron que el desarrollo relacionado con la edad normal de una mayor mielinización se corresponde con respuestas más rápidas auditivo en el cerebro. “La respuesta auditiva de retraso que encontramos en los niños con TEA puede reflejar retraso en el desarrollo de la materia blanca en estos niños”, dijo Roberts. Roberts dice que tratara de perfeccionar aún más los estudios de su equipo, sus técnicas de imagen para determinar que su marcador biológico específico de TEA, y se investigan otros patrones de MEG en los niños con TEA, además de los retrasos auditivos.
Becas del Instituto Nacional de Salud, El Nancy Lurie Marks Family Foundation, Autism Speaks, y el Departamento de Salud de Pensilvania apoyó esta investigación. Además, Roberts’s tiene una cátedra, the Oberkircher Family Chair in Pediatric Radiology at The Children’s Hospital of Philadelphia. Roberts- y autores del Children’s Hospital, incluyendo el Centro del Hospital para la Investigación del Autismo
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